Depresión o síndrome postvacacional, el peligro de la vuelta a la rutina

Si las vacaciones de verano son uno de los momentos más esperados del año para muchos, el retorno de las mismas puede convertirse en un verdadero suplicio. En ocasiones, el sentimiento de desgana y pereza por volver a nuestra rutina habitual puede derivar en algo mucho más serio, llegándose a convertir en un padecimiento psicológico de cierta gravedad que se conoce como depresión postvacacional

Qué es la depresión postvacacional

La depresión o síndrome postvacacional no es habitualmente una patología como tal, si no un trastorno adaptativo. Normalmente sucede cuando, después de un periodo de desconexión más largo del habitual, pasar de un fin de semana o un puente a estar desconectados 20 o 30 días de parón. Habitualmente los síntomas desaparecen por sí solos, cuando el cuerpo y sobre todo la mente se readaptan de nuevo a la rutina. De hecho, en caso de persistir los síntomas más allá de dos o tres semanas, se dice que el cuerpo tarda en acostumbrarse o reacostumbrarse a a un hábito 21 días, es recomendable recurrir a apoyo psicológico.

Qué síntomas presenta la depresión o síndrome postvacacional

Como cualquier padecimiento psicológico, los síntomas de la depresión o síndrome postvacacional pueden variar de un paciente a otro, pero hay una serie de rasgos comunes que aplican a casi cualquiera que sufra este trastorno:

  • Decaimiento
  • Bajo estado de ánimo
  • Falta de energía
  • Apatía
  • Sensación de hastío
  • Ansiedad
  • Incapacidad de volver a enfrentarse al entorno laboral

En líneas generales los síntomas van en una misma dirección: falta de ganas, de energía y de ánimos. Como comentábamos anteriormente, los síntomas suelen ir desapareciendo paulatinamente, una vez vamos retomando la rutina y nuestro organismo vuelve a aceptarla.

Pero su prolongación puede dar lugar a un auténtico síndrome de ansiedad generalizada o estrés crónico, algo que puede llegar a incapacitar a nivel laboral. Si se llegara a este punto, recurrir a la ayuda de un especialista psicológico es imprescindible, porque una vez el cuadro alcanza este nivel de gravedad es más que complicado que remita por su propia cuenta.

Cómo combatir el síndrome o depresión postvacacional

A la hora de regresar a la rutina después de nuestras vacaciones de verano, podemos tomar una serie de medidas para atacar de manera preventiva a la aparición de estos síntomas para evitarlos directamente o hacerlos más llevaderos.

  • Programa el regreso de las vacaciones

Las vacaciones son disfrute y desconexión y para evitar que la vuelta a la rutina suponga un shock demasiado grande, conviene programar el regreso. Lo ideal sería volver de nuestro destino vacacional un par de días antes de la reentrada al trabajo. Así, podremos adaptarnos a nuestra rutina del hogar y tenerla interiorizada antes de pasar a la rutina laboral. Pasar de la hamaca en la playa a tener que lidiar, de golpe y al mismo tiempo con nuestras tareas domésticas y nuestras tareas laborales puede ser demasiado y de esta manera amortiguaremos el golpe psicológico.

  • No coger todas las vacaciones de golpe

En muchas ocasiones acumulamos días de vacaciones pensando en coger el mayor tiempo posible en verano, lo que deriva en ausencias de hasta un mes. Alejarnos tanto tiempo de nuestra rutina provocará que desconectemos tanto que la vuelta se haga demasiado cuesta arriba, por lo que, en términos de síndrome postvacacional, es algo a evitar. Algo que podemos hacer es dividir nuestras vacaciones en dos bloques con alguna semana de trabajo entre ellos, para evitar que la desconexión con nuestra vida diaria sea absoluta y más difícilmente reversible.

  • Adaptar los horarios progresivamente

Si hablamos de la idoneidad de volver de vacaciones un par de días antes de regresar al trabajo, es para volver a adaptar nuestro organismo a la rutina. Uno de los elementos que más alterados se ven durante nuestro periodo vacacional son los horarios. En vacaciones tenemos la tendencia a acostarnos y levantarnos más tarde, echar una cabezada en la playa o dormir siesta. Esto supondrá casi con toda seguridad dificultades a la hora de conciliar el sueño cuando tengamos que volver a horarios razonables. Para evitar estas dificultades de sueño que derivarán en agotamiento en nuestros primeros días de trabajo, es recomendable intentar retomar unos horarios parecidos a los de nuestra rutina durante los últimos días de nuestras vacaciones. Los días previos al regreso, despídete de trasnochar, levantarte a medio día o dormir 2 horas de siesta y tu cuerpo lo agradecerá.

  • Recupera tus hábitos saludables

Mantener los hábitos saludables durante nuestras vacaciones es casi una quimera, una lucha prácticamente perdida. Pero en el retorno a la rutina, una nutrición sana y practicar deporte pueden ser dos de nuestros principales aliados. Volver a retomar una dieta equilibrada nos alejará de las comidas copiosas con la que nos deleitamos en verano pero que provocan una sensación de pesadez, e incluso de somnolencia, reñida con las ganas de trabajar.

Por otro lado, retomar una rutina deportiva nos aportará la sensación de bienestar, físico y psicológico, que nos ayudará a tener la energía necesaria para afrontar el tan temido retorno.

Estos son consejos bastante sencillos que todos podemos seguir a la hora de amortiguar el golpe que supone la vuelta de vacaciones. Incluso siguiéndolos, es más que posible que te enfrentes a esa sensación de hastío que supone el regreso a la rutina. Si te pasa, desde Más que Seguro te recomendamos que lo capees con serenidad y paciencia, porque pasará solo. Y, que en caso de no mejorar con el paso de los días, recurras a un profesional que te de apoyo psicológico, como los que puedes encontrar en todos nuestros seguros de salud. Si tienes alguna duda al respecto, ponte en contacto.